La tensión ocular por estrés es un problema cada vez más común en nuestra sociedad actual. Con el uso constante de dispositivos electrónicos, el ritmo de vida acelerado y el exceso de preocupaciones, nuestros ojos sufren las consecuencias del estrés. En este artículo, exploraremos qué es la tensión ocular por estrés, sus causas y los distintos tipos que existen.
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Índice de contenidos
¿Qué es la tensión ocular por estrés?
La tensión ocular por estrés es una afección visual que se produce cuando los ojos experimentan fatiga y malestar debido a la sobrecarga de trabajo o al estrés mental y emocional. Se manifiesta a través de síntomas como dolor ocular, sequedad, enrojecimiento y dificultad para enfocar correctamente.
Cuando una persona está sometida a altos niveles de estrés, el cuerpo responde con una serie de cambios fisiológicos, incluyendo la tensión en los músculos del ojo. Esto puede generar problemas de visión y molestias persistentes si no se maneja adecuadamente.
¿Qué causa la tensión ocular por estrés?
Existen diversas razones por las que una persona puede desarrollar tensión ocular debido al estrés. Algunas de las causas más comunes incluyen:
- Uso exclusivo de pantallas. Pasar muchas horas frente a la computadora, teléfono o tablets puede generar fatiga visual y malestar ocular.
- Falta de descanso adecuado. No dormir lo suficiente provoca que los ojos no se recuperen correctamente, aumentando la sensación de cansancio.
- Estrés emocional. La ansiedad y la preocupación constante pueden desencadenar tensión en los músculos oculares, dificultando la relajación de la vista.
- Mala iluminación. Trabajar en ambientes con luz insuficiente o demasiado intensa puede forzar la vista y contribuir a la fatiga ocular.
- Mala postura. Una postura incorrecta al trabajar o leer puede provocar tensión en los músculos del cuello y los ojos, afectando la visión.
Tipos de tensión ocular por estrés
La tensión ocular por estrés puede manifestarse de diferentes maneras, dependiendo de la causa y los síntomas específicos que presente la persona afectada. A continuación, te dejamos los principales tipos:
Fatiga visual o astenopía
Es el tipo más común y ocurre cuando los ojos se cansan debido a un uso prolongado sin descanso adecuado. Se caracteriza por molestias como sequedad, ardor y dificultad para enfocar objetos cercanos y lejanos. Es frecuente en personas que trabajan muchas horas con pantallas digitales y en aquellas que padecen estrés crónico.
Espasmo acomodativo
Este problema ocurre cuando los músculos encargados de enfocar la vista se tensan de manera excesiva, lo que provoca dificultad para cambiar el enfoque entre objetos cercanos y lejanos. Es frecuente en personas que trabajan muchas horas con pantallas digitales y en aquellas que padecen estrés crónico.
Tensión ocular por migraña
El estrés también puede desencadenar migrañas oculares, las cuales provocan visión borrosa, sensibilidad a la luz y dolor alrededor de los ojos. Este tipo de tensión ocular suele estar acompañada de dolor de cabeza intenso y, en algunos casos, la aparición de destellos luminosos o puntos ciegos en la visión.
Síndrome del ojo seco
El estrés y la fatiga pueden afectar la producción de lágrimas, provocando sequedad ocular. Esto genera sensación de arenilla en los ojos, pico e incluso visión borrosa. La disminución en la cantidad y calidad de las lágrimas puede agravar la fatiga visual y hacer que los ojos se irriten con facilidad.
Presión intraocular elevada
El estrés crónico puede contribuir al aumento de la presión intraocular, lo que en algunos casos puede ser un factor de riesgo para el glaucoma. Las personas que experimentan este tipo de tensión ocular suelen sentir una sensación de presión dentro del ojo, lo que puede afectar su capacidad de ver con claridad.
Blefaroespasmo o contracción involuntaria del párpado
El blefaroespasmo es una condición en la que el párpado se contrae involuntariamente debido el estrés y la fatiga ocular. Aunque generalmente es inofensivo, puede resultar molesto y dificultar la visión si persiste por mucho tiempo.
Sensibilidad extrema a la luz (fotofobia)
El estrés puede hacer que los ojos se vuelvan más sensibles a la luz, lo que puede provocar incomodidad en entornos muy iluminados. Esto puede hacer que la persona prefiera lugares con iluminación tenue para evitar molestias.
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