Los exámenes neurológicos son una parte fundamental de la atención médica, pues esta prueba permite verificar si hay algún problema con el sistema nervioso del paciente. Además, a través de esta evaluación se pueden diagnosticar enfermedades específicas, como el Parkinson o el Alzheimer. Así que, si quieres saber qué es un examen neurológico, qué tipos de pruebas hay y cómo se realizan, te animamos a que sigas leyendo.
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Índice de contenidos
¿Qué es el examen neurológico?
En primer lugar debes saber que la neurología es una rama de la medicina que se ocupa de los problemas del sistema nervioso, como son los accidentes cerebrovasculares, la epilepsia, esclerosis múltiple, Alzheimer o Parkinson. Y precisamente, a través del examen neurológico se pueden detectar dichas patologías para poder establecer tratamientos.
El examen neurológico se basa en diferentes pruebas destinadas a valorar las funciones del sistema nervioso, el cual controla desde las funciones orgánicas hasta los movimientos musculares. Por lo que, un examen neurológico puede evaluar aspectos como la fuerza muscular o el equilibrio.
¿Qué tipos de exámenes neurológicos existen?
Además de realizar un análisis de sangre, pues el protocolo a seguir siempre incluye esta prueba, el neurólogo puede optar por una pruebas u otras, siendo las más habituales:
- Evaluación neurológica: Es un examen físico que evalúa la función neurológica, fuerza muscular, función de los nervios autónomos o sensores del tacto.
- Pruebas de diagnóstico: Basadas en el historial del paciente, los síntomas y el examen físico.
- Pruebas electromagnéticas: Este tipo de exámenes se mide la actividad eléctrica de los nervios y músculos de un paciente. Puede implicar una biopsia de nervio, una resonancia magnética o una punción lumbar.
¿Cómo se hace un examen neurológico?
En función del tipo de examen, este se realizará siguiendo un procedimiento específico. Por ejemplo:
- Estado mental: Muchos profesionales evalúan el estado mental, desde la neuropsicología, al comienzo del examen. Se centran en la orientación espacio-temporal. Si el paciente responde a sus preguntas de manera inapropiada y parece confundido o desorientado, es conveniente evaluar diferentes aspectos de la función cognitiva.
- Pruebas de nervios craneales: Las pruebas de los nervios craneales pueden proporcionar datos sólidos de localización de una lesión.
- Motricidad y reflejos: Se basa en la observación. Primero se debe buscar cualquier movimiento involuntario, como temblores que sugieran una enfermedad de los ganglios basales o atrofia muscular. A continuación, se verifica si hay debilidad en las extremidades superiores e inferiores.
- Coordinación: La primera indicación de disfunción cerebral puede observarse cuando el paciente camina hacia la sala de examen, que puede hacerlo de manera atáxica o torpe. Los pacientes en silla de ruedas pueden deslizar el talón a lo largo de la espinilla contralateral hacia el pie. La incapacidad para realizar cualquiera de estas tareas indica una posible disfunción.
¿Cuál es el orden de la valoración neurológica?
En atención primaria, la Escala de coma de Glasgow (ECG), publicada en 1974, sigue estando vigente. Se centra en 4 aspectos:
- Apertura ocular.
- Respuesta motora.
- Reflejos pupilares y corneales.
- Patrón respiratorio.
A cada ámbito se le valora con una puntuación que va de 0 a 4. Como es lógico, un paciente consciente y en pleno uso de sus facultades recibirá 16 puntos, mientras que un paciente sin reflejos en el tronco recibirá un 0.